Nos hemos convertido en unos domingueros, ahora me bajo con mi padre al polideportivo de aquí al lado a ver a una panda de demacrados pegarle patadas a un balón, lo cual creo que es un buen calentamiento para que el año que viene cuando a mi papi le suban el sueldo y me haga socia del Real Madrid pueda ir al Bernabéu y sentirme como en casa. La verdad es que no está tan mal, yo me quedo croqueta perdida antes de llegar a la esquina y no me despierto hasta que nos vamos pero algún ratillo que aguanto creo que se puede decir que es incluso entretenido, aunque realmente lo hago porque sé que a mi padre le hace mucha ilusión el poder estar un tiempo padre e hija a solas, y sobre todo le encanta poderse bajar a ver los partidos mientras mamá se queda en casa haciendo limpieza y pasando la aspiradora hasta que da la hora de comer. Pues eso, digamos que unos ganan más que otros pero en general disfruto bajando a dar una vueltecilla por el barrio, y desde luego es mucho mejor que cuando me llevaba a ver a los carcamales jugar a la petanca, que parece que en cualquier momento según se agachan a alguno se le va a parar la patata y vamos a tener que llamar al juez, que yo creo que antes de empezar llaman al 112 y dejan la llamada en espera. Bueno, lo dicho, vivan los domingos con fútbol y viva la limpieza general.
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